Dejo atrás lo que fui para convertirme en algo totalmente diferente. No importa lo que pude ser en el pasado, solo importa el presente, solo importo yo. Es mi carácter ocasionalmente "egoísta" el que me ha llevado hasta aquí. Es difícil hablar de ello cuando no estás dentro de la situación. Dejo atrás mis orígenes, pero no los olvido.

La vida poco a poco se va abriendo paso entre un mar de dudas imaginario que lleva ahí desde que tengo conciencia de que existo, un mar que siempre ha estado poblado de corales de incertidumbre y de peces de colores indefinidos, de puñados de arena que se escurren de mis manos y de agua, mucha agua de composición inexistente, que estaba ahí tan solo por ocupar un lugar en mi mente y no dejar espacio a cosas mucho más importantes. La inseguridad, los miedos, la vergüenza… Son otros factores con los que me suelo encontrar. El mar es bonito, es el concepto a partir del cual se han escrito infinidad de poemas, canciones e incluso se han creado maravillosas obras de arte, pero no todo es belleza, y como todo en la vida, el mar también tiene un lado oscuro. No todo lo que tiene una apariencia hermosa o simplemente positiva desde fuera, implica que lo sea también por dentro.

No se si captáis la intención de mis palabras, pues saber leer entre líneas es una de las cosas más imprescindibles para comprender mis pensamientos. Y de momento, solamente una persona en todo el extenso universo ha logrado entenderme.